Las milanesas no son argentinas, pero como supimos adueñarnos de ellas.

Siempre que voy al super a hacer las compras del mes, entre todo lo que llevo a casa, compro un kilo o dos kilos y medio de bola de lomo o de cuadrada y sé que va a estar destinado a hacer unas terribles milanesas, como para tener variantes en las comidas de la semana. Es obvio que todo el mundo ama las milanesas y cada uno elige hacerlas con el condimento que más le guste y con el pan rallado que mejor le parezca. Yo particularmente siempre después de prepararlas las mando al freezer y así siempre que tengo poco tiempo las cocino y les hago un buen acompañamiento.

Si bien su origen no es argentino, nosotros supimos apropiarnos bien de ellas y podes encontrar milanesas de todos los sabores y todos los tipos en todos los restaurantes y lugares de comida por los que pasamos día a día. Y es sabido que un buen plato de milanesas con papas fritas en un clásico que hay que comer cada tanto para no perder la costumbre.

La preparación de mi cena

En este caso como volví muy tarde de entrenar y había tenido un largo día de trabajo, puse al horno unas milanesas de carne, que como conté antes ya las tenía hechas, las gratiné con un buen queso port salut y arriba para darle un toque especial las decoré con tomates secos hidratados en aceto balsámico y con un fina lluvia de orégano. El acompañamiento fue fácil y rápido: huevos y remolachas, todo hervido y dispuesto en el plato de una forma divertida para una ensalada.